Facilita
la cicatrización de las heridas aproximar sus bordes cuando estos son limpios y
nítidos. La limpieza es muy importante en la curación de todas las heridas,
siendo elemento indispensable para que cicatricen pronto y no se infecten.
El
tratamiento de las heridas pequeñas es ligeramente diferente del de las heridas
grandes. La cantidad de sangre que se pierde no es tan considerable y puede ser
incluso innecesario llevar al paciente al hospital. Si embargo, al igual que
ocurre con las heridas grandes es muy importante el evaluar su profundidad. Las
heridas por vidrios rotos son siempre muy sospechosos de haber causados
lesiones profundas y se debe examinar no solo la lesión externa, sino la
integridad de los tendones y las arterias profundas.
A
diferencia de las heridas extensas y grandes, las pequeñas no suelen afectar a
vasos importantes; en la mayoría de los casos las afectadas son sólo capilares
o arterias pequeñas (arteriolas). Estos pequeños vasos tiene la propiedad de
cerrarse solos con cierta facilidad: la pared vascular tiene una capa muscular
que se contrae en cuanto se lesiona, y la contracción hace que el extremo
lesionado se cierre e impida la salida de la sangre
.
Muchas
de estas heridas pequeñas pueden cerrarse con la ayuda de vendas elásticas,
para aproximar los bordes de la herida y facilitar así su cicatrización. Antes
de intentar cerrar la herida hay que asegurarse de que no hay tendones o
nervios afectados; para saber si hay nervios afectados, se examina la
sensibilidad de la extremidad afectada por la parte distal a la herida, y para
saber si hay tendones lesionados, se le hace mover la extremidad al herido: si
puede hacerlo, es señal de que no hay ningún tendón ahí seccionado
completamente.
Existen
algunas heridas que no conviene cerrar ni saturar: las causadas por las
mordeduras de animales son una de ellas. Estas heridas deben lavarse muy bien
con agua oxigenada y mantenerse al aire sin suturar, ya que las posibilidades
de infección son mayores si la herida está cerrada que si está abierta.
Cómo curar las heridas leves
1. Antes de proceder a cualquier cura, hay
que valorar el tipo de herida. Si el corte es inciso, suele sangrar
abundantemente. Si es lacerado, sangra menos pero cicatriza con mayor
dificultad. Si es puntiforme, aunque sea pequeño, a veces penetra profundamente
en la piel, dañando los tejidos subyacentes.
2. La herida debe lavarse profusamente con
agua y jabón para asegurarse de que no quedan dentro de ella partículas de
suciedad; no aplicar alcohol ni sustancias que puedan irritar más los tejidos
lesionados y dificultar su curación.
3. Si la herida es reciente (menos de doce
horas), está limpia y los bordes son nítidos, se puede intentar una
aproximación de dichos bordes con un esparadrapo cortado de manera que su parte
central sea más estrecha que sus extremos.
4. Pegar el esparadrapo sobre la herida, de
manera que la parte estrecha quede sobre la misma. Al mismo tiempo, acercar
ambos bordes de la herida; una vez juntos, adherir el otro extremo del
esparadrapo sobre la otra parte de la herida. Si dispone de tiras adhesivas
especiales para suturas, no hace falta estrechar la parte central; basta con
pegarlas sobre la herida limpia mientras se acercan los bordes.
5. Si el objeto causante del corte todavía
está incrustado en la herida, no hay que extraerlo ni manipularlo a la fuerza.
Cortar cuidadosamente cualquier prenda alrededor para evitar que la presión lo
adentre más.
6. Cubrir la herida con un cuenco o vaso
para evitar que el objeto incrustado se desplace y sujetarlo con una venda.
Acudir a un médico.
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