Fracturas óseas

La gravedad de las fracturas depende de su localización. La inmovilización tras una rápida valoración es la primera medida que se debe tomar. Las técnicas para inmovilizar una fractura no son difíciles, pero es importante aplicarlas correctamente

Lesiones de los huesos

Las deformidades evidentes localizadas en donde no hay articulaciones son la prueba de que existe una fractura. Si la deformidad es en una articulación, lo más probable es que se trate de una luxación. Las fracturas pueden ser abiertas o cerradas. Las fracturas abiertas son aquellas en las que existe una herida además de la rotura del hueso; puede suceder que pueda incluso verde un fragmento del hueso roto. Las fracturas cerradas son aquellas en las que no hay herida. Tanto si son abiertas como si son cerradas, puede ser de varios tipos: simple, cuando el hueso se rompe en dos fragmentos: conminuta, cuando el hueso se rompe en varios fragmentos; desplazada o no, dependiendo de si alguno de los fragmentos del hueso fracturado se mueve o no de su sitio; por aplastamiento, cuando es la presión la causa de la fractura. Las fracturas de los huesos infantiles suelen denominarse <en tallo verde>, porque el hueso no se rompe como una rama seca, sino como una rama verde, es decir rota pero no separada. Las facturas de los jure dos circulares (pelvis y mandíbula) son siempre dobles, ya que, precisamente por ser un círculo rígido, se rompen siempre por dos sitios.
Las facturas de costillas producen dolor con los movimientos respiratorios. Si el herido produce esputos manchados de sangre, es signo de que la costilla rota ha lesionado el pulmón. Si el pulmón está intacto, actúa de férula al mantener la costilla apretada contra el músculo y la piel, por lo que no son precisos los vendajes alrededor del tórax m; éstos pueden hacer más mal que bien, al dificultar aún más una respiración que ya es difícil.

Cómo actuar ante una fractura ósea

1.      Factura siempre: si se trata de una fractura abierta, es preciso limpiar la zona de la herida quitando toda la suciedad (tierra, etc.) que se pueda. Por regla general, no se debe tratar de reducir la fractura. Inmovilizar la zona de la fracturas con un vendaje
2.      Fracturas de extremidad superior, fabricar un entablillado con cualquier material rígido, acolchado con telas o algodones paga que no lastime la extreme días al apretarse a ella. Para las fracturas del antebrazo, una revista gruesa rodeando el antebrazo y atada a él puede servir temporalmente de tablilla. Colocar el brazo en un cabestrillo simple.
3.      Fracturas de extremidad inferior: existen varios métodos de inmovilización, como unir el miembro lesionado al miembro sano por medio de pañuelos; inmovilizar con una manta arrollada a ambos lados la pierna herida: utilizar una tabla que llegue hasta el tórax por un lado y hasta la ingle por el otro, fijándola firmemente por encima y por debajo de la fractura e inmovilizando la extremidad.
4.      Fractura de mandíbula: inmovilizar las gratuitas (siempre serán dos las partes de la mandíbula fracturadas) con un vendaje cruzado o cabestro. Se rodea primero la frente con varias vueltas de venda y se continúa luego hacia el cuello para poder pasar la venda bajo la mandíbula y dar varias vuelvas de bajo había arriba.
5.      Fractura de clavícula: lo principal es impedir que los hombros se muevan hacia delante. Para ello se utiliza el rendaje en <ocho de guarismo> sujetando los hombros hacia atrás, se hace un vendaje en forma de <8> horizontal de tal manera que la venda  de vaya cruzando por la espalda, entre las escápulas, y tire de los hombros hacia atrás.
6.      Fractura de costillas: colocar al paciente en la postura menos dolorosa. No poner ningún vendaje sobre el tórax, ya que los mismos músculos de la caja torácica y los pulmones sirven para inmovilizar la costilla fracturada. Si el paciente se ahoga, debe ser evacuado inmediatamente.


7.      Fractura de columna: lo más importante es no mover al herido,colocar soportes a ambos lados de la cabeza para que no la gire e impedir que nadie la mueva. No hay que doblar al herido para sentarlo ni levantarlo por las axilas o bajo las rodillas, sobre todo,  no girarle la cabeza.




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